dijous, 25 de febrer del 2010

25/02/2010 Fría noche, obscuro invierno

Imagino a los compañeros de pista abrigados por la luz del flexo, inmersos en sus pasiones obsesivas tras la cena. Intensas, breves, raudas. Al fondo la almohada, el reseteo cerebral, la renuncia a todo lo que no ha cabido en el día y de soslayo, entre conectar el despertador y girar el edredón, la posibilidad de un par de docenas de líneas antes de rendirse y optar por el mejor lado para coger calor y disolverse.
Tal vez la pantalla del ordenador sea otro lugar donde uno se disuelve, en letras. Letras fluidas hacia otra dimensión. Una dimensión de lo humano que se hace según se construye y explora.
Al dJ ya no le caben más canciones en la lista. El doctor Livinstone en el Spotify, I sospect. Construiremos un paraíso de listas elocuentes y sabrosas donde sumergir la cabeza y sentir como la conciencia se erosiona con tanta, tanta música con que el hombre se regala.
En la pista hay mucho espacio y pocas luces, más que nada para proteger la intimidad de las pasiones nocturnas y dejar que la conciencia se disuelva como un gas.

LM

2 comentaris:

  1. Però que t'empatolles pistoleru.
    Si s'evaporesin les paraules veuríem.

    Com deia aquell, hi ha homes sòlids, líquids i fffffffffff(d'spotificats)!!!!!

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  2. Yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
    No entenc reeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeees
    que divertiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiit

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